Desencuentro

Tan lejos tu risa, tan difusa

que susurra en mi oído

cual vos silenciosa,

como un dulce latido.

Tan bello tu rostro que nunca vi,

tan agrio tus llantos que nunca acogí

suave tu cuerpo que nunca sentí,

tu llanto es mi pena, mi triste miseria.

Solo tu voz me despierta

aunque siempre permanece muerta,

tus manos acarician mi aliento

pero nunca escapé de este infierno.

Llegas volando hasta mi tumba

caminas entre mis restos,

y solo dejas tu ausencia

la flor más negra, más escueta.

Escapas de mí aunque no lo deseas,

no permitas al negro deseo

anidar en tu cuerpo

solo vuela, encuentra tu próximo mar.

Lejos quizás, pero cerca,

cerca de mi pecho, donde has vivido

en mis sueños, sembrando el destierro,

que me aleja de ti, que te alimenta de mí.

Vístete con mi cuerpo,

deja naufragar el canto

que hasta mi te trajo,

sopla tu eco en mi puerto...

Solo flota hasta mis brazos;

Tu "Noche" y Yo "Día",

abrázame en un cielo

despojado de estrellas

de soles, de lunas

despojado de ti

y de tus penas,

vacía tu llanto en mi.

Ya no mires hacia el fuego,

permanece en mí, en mi centro,

desata este hilo que nos unió

y deja en mi pecho tu desilusión.

Conoces el camino, camina!

pósate en mis labios

como una fresca llovizna.

Contempla tu reír en mis ojos.

Ya somos uno, Tu y Yo,

un pensamiento, vagando en

nuestro corto momento,

llévate mi página en blanco...

No dibujes en ella falsos recuerdos

y no encierres tu lamento,

ya nada puede alejar ese momento

en el que Tu y Yo entrelacemos los dedos.

Ignacio Testa