Marea

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Siento su presencia tan ausente,
tan lejana su calma, como aquella tormenta
que aquel día nos ahogó en su ira, y en su
aterradora belleza, la ultima gota
naufragó en el recuerdo del tan pálido momento.

Corre! lejos del vacío del esplendor,
del eterno sueño del rencor...
corre! deja a tus manos leer el camino
que lleva a la cripta del corazón,
el mágico veneno de la desilusión.

Ya no! ahora no podemos desgastar
ese color; no lo es!, no lo eres!,
ya no, no abarcas el lugar en el "palacio"
no bebes de la fuente de la sumisión,
ya no te ata a mi el fino cordón del dolor.

Recuerda el frío sudor de la marea,
pues en el ha de habitar mi cuerpo
ya falto de equilibrio y ya casi vencido.
No busques palabras ahogadas en el cielo
ya solo tus ojos permanecen despiertos.

Ignacio Testa

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